Posteriormente a la Batalla del Ebro, la zona republicana de Cataluña quedo completamente desprotegida a los ataques de los sublevados; las principales consecuencias de esto fueron una gran escases de alimento en esta zona la cual afecto considerablemente a todas las personas residentes, "La ración media alimenticia de las tropas republicanas se habían mermado de 800 gramos de pan diario en 1938 a 700 gramos al final de la Batalla.
En Barcelona, donde habían 1.000.000 de refugiados además de la población habitual, los problemas eran abrumadores. una ayuda internacional fundada por los Cuáqueros en diciembre de 1937, informo que solo podía ocuparse de 40.000 de los 600.000 niños refugiados, pese a estar financiada por por 17 gobiernos.
El coste de dar a una tercera parte de esos niños refugiados una sola comida al día durante aquel invierno fue calculado en 150.000 libras esterlinas de aquel tiempo; debido a esto se padecían un sin numero de enfermedades, entre las que se destacan la sarna y la pelagra, asi mismo las muertes por desnutrición se duplicaron entre 1937 y 1938, sin embargo esta ayuda si sirvió para mitigar un poco todos estos problemas derivados de la retirada tras la Batalla del Ebro.
Fue en este contexto que se da este peculiar acontecimiento, "Los nacionalistas trataron de señalar el contraste entre el hambre que se padecía en la Republica y la situación alimenticia de su propio territorio, arrojando desde el aire barras de pan sobre Barcelona".
Fuente: Thomas, H. (2018). La Guerra Civil Española (1.a ed.). Debolsillo, Capitulo 48, pagina 927.
Imágenes de elaboración propia a partir de Un generador de Imágenes con Inteligencia Artificial.
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